Por Almudena S. Agúndez – Hace unos días, Óscar Pereiro subía una foto a su perfil en Instagram recordando sus momentos junto al “@cojocabron” durante una iniciativa promovida por la Fundación Sanitas.
En el texto que compaña a la foto, el quinto ganador español del Tour de Francia, habla de la “lección de vida” que le dio este ciclista, que “le puso en su sitio” y que “jamás olvidará”. Solo ver la imagen y su nombre de usuario, nos hace querer conocer un poco más a Juanjo Méndez.
Nacido en Barcelona hace 52 años, siempre quiso dedicarse al ciclismo de forma profesional y llegó a disputar carreras como cadete y amateur, llegando a formar parte del Cesadén, una de las mejores canteras del ciclismo español de la década de los 80. Estuvo a punto de ser profesional y como no pudo ser, comenzó a trabajar como transportista.
En agosto de 1992, Juanjo tuvo un accidente con la moto en el que le dieron por fallecido hasta que la Guardia Civil se dio cuenta de que se movía. Llegó al hospital clínicamente muerto y tras un masaje cardíaco de más de media hora y 48 litros de sangre que le transfundieron, pasó a estado de coma hasta que despertó 20 días después sin su brazo y pierna del lado izquierdo.
Superación sobre ruedas
A partir de entonces, el “cojo” comenzó a ser un “cabrón” admirable. Desde el hospital siguió por televisión los Juegos Paralímpicos de Barcelona 92 y pensó que si esos atletas podían, él también. Su amigo de la infancia, Bernard Moreno, le animó a volver a subirse una bici y a partir de ahí comenzó una trayectoria imparable de logros.
Participó en los Paralímpicos de Atenas 2004, Pekín 2008, y Londres 2012, competiciones en las que cosechó dos platas y un bronce, y ya se prepara para Río 2016. En 1996 participó en su primer Campeonato de España y al año siguiente en su primer Mundial. Ha ganado múltiples Campeonatos del Mundo e incontables medallas.
Pero como él mismo declara “ayudar a un niño a montar en bicicleta, vale más que todas las medallas que pueda ganar” para ello fundó, junto a su amigo Bernart, el Genesis Cycling Team, un club de ciclismo en el que entrenan ciclistas discapacitados y sin discapacidad.
Después de este palmarés deportivo y vital, no nos queda otra que darle la razón a Óscar Pereiro.
