El ciclista después de recibir la visita del Tío del Mazo
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Cómo evitar que el Tío del Mazo nos visite o la temida pájara

Por Un Señor de Toledo.- Todos los que montamos en bici sabemos cómo se las gasta el amigo del mazo o lo que comúnmente llamamos pájara. Seguro que a la mayoría de vosotros, en mayor o menor medida, os ha visitado y desde luego, no es plato de gusto…

La pájara, el implacable Tío del Mazo o la hipoglucemia, hablando más técnicamente, son conceptos conocidos para la mayoría de los aficionados de la bicicleta… Y es que básicamente esa sensación de vacío, de estar agotado, acompañada hasta de mareos y desorientación que surgen generalmente a consecuencia del esfuerzo físico sobre la bicicleta son las reacciones con las que nuestro organismo expresa la caída del nivel de glucosa en sangre.

El ciclista después de recibir la visita del Tío del Mazo
El ciclista después de recibir la visita del Tío del Mazo

Esta reacción de nuestro organismo tiene una explicación lógica y preventiva y es que cuando detecta que nuestras reservas de glucosa se están agotando, comienza a poner en marcha los mecanismos de la pájara, del golpe del Tío del Mazo. Esta reacción forma parte de un mecanismo preventivo y de defensa de nuestro cuerpo para proteger al cerebro. Este último sólo funciona y se alimenta de glucosa y cuando el nivel de ésta baja alarmantemente en nuestra sangre, el cerebro protege sus reservas de este compuesto.

Lo que sucede después suele ser una sensación de debilitad extrema, un malestar general, confusión, aturdimiento e hipotermia, también solemos sentir una necesidad muy grande de comer.

Y como ya habréis sufrido en vuestras propias carnes muchos de vosotros este mecanismo puede ser de lo más rápido, casi sin tiempo de transición para darnos cuenta de lo que realmente está pasando. Estas son las razones más lógicas y usuales por las que se desencadena la temida pájara, la visita el insigne amigo del Mazo. Hay algunas otras razones que pueden provocar este desfallecimiento, pero entran en terrenos más técnicos y cuya explicación recaería en profesionales de la medicina…

El Tío del Mazo siempre acecha  los ciclistas
El Tío del Mazo siempre acecha los ciclistas

Las causas más frecuentes por las que se desencadena este proceso suelen ser varios factores unidos… A la fatiga de una ruta excesivamente dura para nuestra preparación, al esfuerzo exigido al cuerpo en esa jornada, una mala hidratación y una escasa o mala alimentación, un exceso de calor… Algunos de estos factores unidos suelen ser los detonantes más habituales de la pájara. También es cierto que hay días que hacemos todo igual que habitualmente y, por razones que desconocemos, nuestro cuerpo no va y no va definitivamente hasta que recibimos la visita del amigo del Mazo…

Ahora bien: ¿Cómo podemos evitar en la medida de lo posible la llegada de la temida pájara? Pues ahí van unos consejos básicos que, no aseguran esquivar siempre al Tío del Mazo, pero sí que constituyen una guía para tener en cuenta por todo aficionado a la práctica del ciclismo:

  • Hay que cuidar la alimentación diaria y en concreto de los días previos a una cita importante con la bicicleta. Debes comer equilibrado y no olvidarte de los carbohidratos que son nuestra particular gasolina.
  • Antes de salir de ruta o carrera debes ir bien alimentado e hidratado. No pueden faltar el arroz, la pasta o los frutos secos. Además, tu hidratación debe ser la correcta. Sería un error muy grave no cumplir alguno de estos dos aspectos.
  • Ya durante la ruta, no olvides seguir hidratándote y seguir comiendo. Como regla general, la hidratación es bueno hacerla cada 15 ó 20 minutos con tragos pequeños. Pasada la primera hora y media de esfuerzo es recomendable tomar también algún líquido con sales minerales e ir alternándolo con el agua. En cuanto a la comida, es recomendable empezar a comer unas dos horas después de empezar la prueba y hacerlo cada hora aproximadamente. Frutas, frutos secos, geles, barritas energéticas son buenos aliados para mantener tu índice de glucosa.
Comer y la hidratación son fundamentales para evitar la pájara
Comer y la hidratación son fundamentales para evitar la pájara
  • La intensidad de los esfuerzos es decisiva y muy importante controlarla. Si vas a un ritmo superior al que estás acostumbrado o alternas con más frecuencia de la habitual esfuerzos importantes, tu gasto será mayor y también mayor el riesgo de ver al Tío del Mazo. Como dato podemos decir que al 75% de la frecuencia cardiaca máxima aumenta el consumo de glucosa de forma importante; y a partir del 80%-85% de la frecuencia cardiaca máxima, en una hora habrás agotado todas las reservas disponibles de glucógeno.
  • Tienes que evitar ir atrancado con el desarrollo. Por un tiempo más o menos breve lo puedes hacer, pero no vayas continuamente atrancado porque lo terminarás pagando. Para guardar fuerzas es mejor elevar la cadencia y bajar la resistencia del desarrollo.
  • Cuidado con los sprint, las aceleraciones bruscas o los ataques continuos. Este tipo de situaciones, que a veces la propia ruta u otros compañeros te incitan a hacerlo, te pueden llevar a un desfallecimiento en el momento que menos te lo esperes.
  • Como consejo final te podemos decir que si a pesar de todo esto, tienes el día cruzado y el Tío del Mazo te atiza, no fuerces la máquina. Párate, busca una sombra y pide ayuda a algún compañero, hidrátate, como y sólo reinicia la marcha si esa sensación de cansancio y mareo ha desaparecido, sino desaparece es mejor que des por finalizada tu ruta y que alguien os lleve a casa a la bicicleta y a ti. No te preocupes, todos hemos sido víctimas en alguna ocasión del Tío del Mazo.

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