Por un Señor de Toledo.- Hay cosas que nunca deberían cambiar… El verano llega y con él también el calor, con un poco de suerte vamos teniendo alguna tarde libre. Llega, si es que se ha ido, esa costumbre tan española de tomarse antes de comer la cervecita, o ese tinto de verano que honra como pocas cosas el nombre de esta estación tan deseada, tan nuestra, tan de vivir un poco más y alguna hora más. Ese ratito de siesta para reposar el gazpacho y alguna otra cosa, pero el gazpacho siempre; esa piscina para los de la meseta y esa playa para los afortunados de costa otorgan un color y un regusto a verano que huele y sabe a gloria, a pesar del calor; todo es parte de una de las mejores épocas del año, más incluso si disfrutamos de nuestras ansiadas vacaciones, o si las tenemos ahí a la vuelta de la esquina, como quien dice.
Todo esto es muy grande, más que el día de la matanza que dicen por algunos lares. Y todo ello, para los bicicleteros y los no tan bicicleteros, se aliña con otro ingrediente sublime: El Tour de Francia. Ya sea para dar la bienvenida a Morfeo como antesala de nuestra querida siesta, para vibrar hasta con la disputa de los casi intrascendentes sprints especiales, o para llegar al clímax con las mejores etapas de montaña; para lo que suponga para cada uno de nosotros, estamos ante un momento muy especial. Y es que por mucho que me pese, por eso de ser muy de aquí, muy de lo nuestro, tengo que reconocer que el Tour es muy grande. A pesar de ser francés… ¡Qué grande es el Tour de Francia!
Y qué grande va a volver a ser este año porque el pulso del antiguo ciclismo, con el que yo y los de mi generación, los que estamos ya asomados cerca de los cuarenta hemos vivido desde nuestra juventud, parece que poco a poco está volviendo… Hablo de detalles como esa magnífica voz, reconocible hablando de la gesta y la épica de esta o la otra etapa, del gran Javier Ares. La vamos a volver a escuchar contándonos el Tour, haciéndonos vivir a través de sus palabras que… hace un sol de justicia… que en tal puerto no valen los nombres, sólo los hombres…que los ciclistas van rotos y la pelea no cesa… Grande también Ares. Con Ares, recuperamos parte de la magia que en ciertos años dejamos escapar. Y no sólo es que vuelva Ares al Tour, también según se está publicando e informando, las principales radios en España van a dedicar, al menos una hora al día, a la retransmisión del Tour.
En televisión, como no, disfrutaremos de Perico y Carlos de Andrés; algunas televisiones autonómicas (ETB) también lo retransmitirán, así cómo Eurosport. Grandes noticias para el ciclismo y para los que seguimos y vivimos el Tour, que pese a ser francés, es muy grande.
Las ruedas de prensa previas al comienzo de la carrera se suceden, los favoritos analizan sus opciones y hablan que llegan bien preparados a la carrera, pero son muy cautos; no es para menos, ya que saben lo que es un Tour… Utrecht, una tierra que ama al ciclismo, recibe al Tour con la sonrisa de sus gentes, con alguna que otra tormenta de verano que descarga mucha agua y con una previsión de mucho calor… Da igual, huele a Tour, huele a verano, huele a ciclismo, huele muy, muy, pero que muy bien.
Después de todo esto, alguno dirá… Vaya… y este tío que nos ha contado… Para ser honesto poca cosa la verdad; poca pero honda, sabrosa, que se se huele, que se siente… Qué llega el Tour y sólo pido una cosa, para mi mismo y para vosotros también: que nos dejen disfrutarlo. A por ello Mazers!!!
