Dice Purito Rodríguez que el Tío del Mazo no avisa, pero es sólo una verdad a medias. Es cierto que el catalán no se esperaba su visita subiendo La Covatilla, como tampoco Contador (que se pensaba que El Tío del Mazo son los padres) la preveía este año subiendo el Galibier. Ni Evans el año pasado en La Madeleine, ni Indurain en el Mortirolo, ni Armstrong en su vuelta al ciclismo.

Pero el Tío del Mazo siempre está ahí. Y sin decir siempre la verdad da muchas pistas sobre su paradero. El sábado pasado sin ir más lejos, lo anunció en su Twitter: “estoy a 200 metros de meta”. En realidad, como es un poco perro estaba a 400 metros, pero justo al inicio de la cuesta conocida como Rompecorazones, con tramos de hasta el 28 por ciento de desnivel. Que se lo pregunten si no a Palomares, el ciclista del Andalucía Caja-Granada, que tras hacer una espléndida etapa en la que anduvo gran parte de la misma escapado sufrió lo suyo para poder subir las rampas sin poner el pie en el suelo.

Y quien estuvo también allí fueron los fans del Tío del Mazo. Aunque ya se ha explicado que el Tío del Mazo es un tío pérfido, ladino y abyecto, incomprensiblemente cada día tiene más fans. En las cuestas del Escorial estuvieron algunos de ellos, con sus mazos hinchables comprados por Techo Díaz y la pancarta elaborada por El Aguador.

Y lo cierto es que algún ciclista se descojonaba. Daniele Benatti, sin ir más lejos, venía riéndose con un compañero del Leopard, quién sabe si al ver la rampa que todavía le quedaba por subir o al ver a cinco chalados con armas hinchables del medievo animando la carrera. Y Cancellara, que es por lo menos cuatro veces campeón del mundo, también hizo gesto de reconocer el mazo. Un gran día de ciclismo.

Por Techo Díaz

 

 

Personaliza ahora tu maillot

Compartir:

Otros artículos que te pueden interesar

Personaliza ahora tu maillot

¿Tienes un club al que quieras personalizar tu equipación? ¿Eres de los que tiene su propio estilo? Aquí podréis dar rienda suelta a vuestra imaginación. ¡Decirnos vuestra propuesta y sólo tendréis que ponéroslo!

Menú